Hola pajarillxs,
¡Bienvenidxs a otro Jueves cultureta!
La semana pasada, en el artículo que escribimos sobre la historia del Nest Club, mencionamos la Gran Migración que tuvo lugar en Estados Unidos en la primera mitad del siglo pasado y cómo este evento fue debido en parte al injusto sistema de leyes Jim Crow que se ejercía, de manera impune y anticonstitucional, en los estados del Sur. Especialmente en los estados de Luisiana y Carolina del Norte.
Entender las raíces del pueblo afroamericano, su sufrimiento y su brutal historia llena de violencia y privaciones, es esencial para poder entender el posterior renacimiento de Harlem, The Harlem Renaissance.
Este renacer artístico, no solo trajo consigo el florecimiento del Jazz, de la pintura, literatura, y de todxs aquellxs artistas que hicieron historia el siglo pasado. Sino que ayudó a desmontar del imaginario colectivo un sistema de prejuicios contra los afroamericanos cultivado durante siglos por los supremacistas blancos.
Es por ello que hoy nos gustaría viajar más atrás en el tiempo. Concretamente hasta el final de la Guerra de Secesión, en 1865, para poder entender cómo a pesar de la abolición de la esclavitud , los estados derrotados del Sur siguieron manteniendo un sistema social segregacionista y extremadamente violento y opresivo con los ciudadanos afroamericanos.
Desde que se empezó a comercializar con esclavos en Estados Unidos en las primeras décadas del siglo XVII, la esclavitud representaba para los estados del Sur el pilar de su sistema económico y político, era de esperar que cuando se proclamó el fin de la esclavitud, no se lo iban a poner fácil a los republicanos de Lincoln.

Es por ello que los estados del Sur aprovecharon todos los vacíos legales que encontraron en la Decimotercera enmienda, cuando fueron obligados a cumplirla al perder la Guerra de Secesión:
“Ni en los Estados Unidos ni en ningún lugar sujeto a su jurisdicción habrá esclavitud ni trabajo forzado, excepto como castigo de un delito del que el responsable haya quedado debidamente convicto.”
La esclavitud había sido abolida pero no se indicaba que tipo de relaciones sociales debían establecerse por ley entre razas. Aprovechando esta oportunidad los estados del Sur proclamaron los “Código Negros” con el fin de evitar que la población negra libre pudiera acceder a los mismos derechos que la población blanca.
Los “Códigos Negros” confirmaron el fin de la esclavitud, tal y como estaba escrito en la Constitución de los Estados Unidos. Otorgaban también el derecho a los afroamericanos a casarse, así como el derecho de propiedad, pero eso era todo.
Por otro lado, prohibía la tenencia de armas de fuego a los ciudadanos de raza negra, el derecho a voto y les imponía por ley tener un contrato laboral. El Sur con sus grandes plantaciones necesitaba mano de obra barata para poder seguir manteniendo su economía, la cual se encontraba muy debilitada tras el fin de la Guerra de Secesión.
Es por ello que si alguno de los ciudadanos libres de raza negra abandonaba su puesto de trabajo, la ley permitía perseguirlos y encarcelarlos.
Los estados del Norte al ver como se desarrollaba la situación en el Sur y al comprobar la exstencia de ese sistema de esclavitud encubierto, redactaron la Decimocuarta enmienda de la Constitución:
«Toda persona nacida o naturalizada en los Estados Unidos, y sujeta a su jurisdicción, es ciudadana de los Estados Unidos y del Estado en que resida. Ningún Estado podrá crear o implementar leyes que limiten los privilegios o inmunidades de los ciudadanos de los Estados Unidos; tampoco podrá ningún Estado privar a una persona de su vida, libertad o propiedad, sin un debido proceso legal; ni negar a persona alguna dentro de su jurisdicción la protección legal igualitaria.»

Esta enmienda se creó con el objetivo de que las leyes fueran iguales para todos los ciudadanos de los Estados Unidos independientemente de su raza.
Para asegurarse que los estados del Sur cumplieran la legalidad, los estados del Norte mandaron tropas al Sur. Su objetivo era presionar a las autoridades locales para que cambiaran los “Códigos Negros” y adaptaran sus leyes al cumplimento de lo que exigía la Constitución nacional.
Es por ello que para conseguir más fácilmente su objetivo, el congreso decretó la Decimoquinta enmienda:
«El derecho de los ciudadanos de los Estados Unidos a votar no será negado o disminuido por los Estados Unidos o por cualquier Estado debido a raza, color, o condición anterior de servidumbre.»
Cabe destacar que este derecho al voto solo estaba asegurado si eras hombre, tendrían que pasar décadas hasta que las mujeres consiguieran el derecho a voto en 1920.
Teniendo en cuenta que la supremacía blanca había reinado en el Sur desde principios del siglo XVII, reconocer la igualdad social entre blancos y negros era algo que no iba a ser fácil de aceptar.
Esta fue la era del Ku Klux Klan, el grupo terrorista que perseguía y linchaba a los afroamericanos (y a todos aquellos que apoyaran a estos últimos) con el objetivo de instaurar el miedo y así evitar que los afroamericanos ejercieran sus derechos, entre ellos el derecho al voto.
La ocupación militar del Sur acabó en 1877 cuando la mayoría de los estados del Sur cambiaron sus leyes para asegurar la igualdad ante la ley de los ciudadanos afroamericanos. 1877 se considera el fin de la era de Reconstrucción y el inicio de la era de las Leyes Jim Crow, que tanto daño causaron.
Este fue el año en el que el partido republicano desistió de controlar el conflicto racial en el sur, principalmente en Luisiana y Carolina del norte, los dos estados más rebeldes y más segregacionistas. Los doce años de ocupación de las tropas norteñas en el Sur, sumado a una crisis económica que golpeaba al país, hicieron que el conflicto racial dejara de ser el caballo de batalla entre Sur y Norte. Y de este modo, el Norte abandonó a su suerte a todos los ciudadanos afroamericanos en los racistas estados del Sur.
Es por ello que los estados del Sur pronto se apresuraron a instaurar las leyes Jim Crow, las cuales evitaban el acceso al voto de los ciudadanos afroamericanos, prohibían los matrimonios interraciales e instauraban la segregación racial en espacios públicos.

Hecho que claramente entraba en conflicto con la Constitución de los Estados Unidos y sus enmiendas. Es por ello que 1896 un hombre llamado Homer Plessy, fue arrestado por sentarse en el compartimento de un tren destinado para blancos, como medida para testear la constitucionalidad de las leyes Jim Crow.
Su caso fue elevado al tribunal Supremo el cual dictaminó que no era insconstitucional la segregación racial en trenes o espacios públicos mientras que los compartimentos fueran iguales. De aquí viene el término “Separate but equal”.
A diferencia de lo que dictaba la ley, en la práctica, los espacios para negros y blancos no eran iguales, de hecho la desigualdad era más obvia que nunca cuando se comparaban esos espacios. Y esto se extendía a todos los órdenes sociales, económicos y políticos.
Aunque es difícil de creer, las leyes Jim Crow estuvieron vigentes en los estados del Sur desde 1877 hasta 1954.
Cabe destacar que el Norte tampoco era un adalid de la igualdad racial. En el Norte también existían injusticias y prejuicios raciales contra los afroamericanos, no a la misma escala de violencia que en el Sur, pero los ciudadanos libres de raza negra sufrían injusticias a diario. De hecho el conflicto racial aún escaló más con la llegada a Estados Unidos a finales del siglo XIX y principios del XX de inmigrantes europeos.
Esta mezcla interracial y las distintas oportunidades socioeconómicas de unos y otros, ayudó a establecer socialmente la idea de la jerarquía de clases y todos los prejuicios raciales que desgraciadamente hoy en día todavía existen.
Es por ello que millones de afroamericanos abandonaron el Sur, rumbo al Norte, huyendo de estas leyes Jim Crow, en la búsqueda de una vida mejor. La mayoría de ellos emigraría a Nueva York, Filadelfia, Boston, Chicago y Kansas City entre otras grandes urbes.
Entre 1910 y 1930 la población negra de Estados Unidos creció un 40 % en los estados del Norte. Concentrándose este incremento principalmente en los grandes núcleos urbanos.
Ejemplo de estas ciudades fueron Chicago y Nueva York. Polvorines del Jazz. Quienes tuvieron la inmensa suerte de acoger bajo su alas a Louis Armstrong, Count Basie, Fletcher Henderson o Billie Holiday (cuya bisabuela aún sufrió la tiranía de la esclavitud en una plantación de Virginia) entre muchos otros.
Ciudades que, a pesar de las desigualdades raciales de la época, al estar alejadas del sistema opresivo del Sur, permitían la creación de Oasis, como lo fue Harlem en la época dorada del swing.
Barrio que se convirtió en el Itaca de todxs aquellos afroamericanos que huían de las pesadillas del Sur, en busca de una vida digna, y donde se generó el fenómeno artístico más grande del siglo pasado, El Harlem Renaissance. Pero sin duda, este tema da para otro artículo…
Espero que os haya gustado pajarillxs!
Nos vemos la semana que viene!